La criminología positivista o etiológica busca las causas de la delincuencia en el individuo, descartando la participación de cualquier influencia externa en las conductas que realiza el mismo. Por tanto, ponen su centro de atención en el individuo, descartando su interés por el delito como hecho que es definido por la propia sociedad para evitar los comportamientos que esta no desea que realicen los individuos al entender que estos comportamientos amenazan su buen funcionamiento. Tratan de encontrar las causas del delito en el delincuente, entendiendo que las causas las porta el individuo y, por tanto, el estudio ha de centrarse en el mismo, descartando cualquier aspecto referido al Control Social.
Así pues, se descarta que desde la criminología positivista se realizara ningún tipo de estudio sobre el control social formal ya que simplemente no era su centro de interés. Sin embargo, se entendía que en la sociedad se debía de tener consenso respecto a los valores que se debían de proteger identificando a estos como algo bueno, mientras que el comportamiento del individuo criminal se identificaba con lo perjudicial o malo para la sociedad.
No obstante a lo largo de la historia de la Criminología se ha pretendido dar una explicación de cuales son la causas por las que los individuos delinquen, por lo que vamos a enunciar las mismas y nos centraremos en aquellas que tienen una estrecha relación con el control social y en concreto con el control social formal.
Por tanto, la evolución de la Criminología pasaría fundamentalmente por la evolución que se ha producido en las siguientes teorías, hasta llegar hoy día a las teorías integradoras:
- Teorías positivistas (ya comentada).
- Teorías biológicas (antropología, biotipología, genética, herencia, etc.)
- Teoría psicoanalítica.
- Teoría de la personalidad delictiva de
- Teoría
- Escuela de Chicago (Teoría de la desorganización social de Shaw y McKey)
- Teorías de la Tensión
- Perspectiva estructural-funcionalista de
- Teoría de la Anomía de Merton.
- Teoría de la tensión de Agnew.
- Teorías subcultura
- Teoría subcultura de
- Teoría de la oportunidad diferencial de Cloward y
- Teorías del aprendizaje de la delincuencia
- Teoría de la asociación diferencial de
- Teoría del aprendizaje social de
- Teorías del control social
- Teoría de la contención de
- Teoría de la neutralización de Sykes y
- Teoría de los vínculos sociales de Hirschi
Hay que tener en cuenta que la Sociología Criminal observa el hecho delictivo como un fenómeno social. Y en ella podemos encontrar dos vertientes una europea que tiene como referente a Durkheim de corte académico (teoría de la anomía) y otra que sería la Escuela de Chicago, centrada en los problemas sociales del momento. El éxito de estos modelos o teorías es producto de la utilidad práctica de los mismos, ya que entienden que el delito es un fenómeno social que se encuentra unido a conflictos sociales, estructuras, etc. que tratan de aislar e identificar con el fin de encontrar las causas del mismo.
Teorías multifactoriales
El ámbito en ámbito en el que centran su investigación es la delincuencia juvenil. Glueck, Burt y Tappan, piensan que la criminalidad no es el resultado de una sola causa; más bien, es producto de muchos factores y circunstancias.Así los Glueck tratan de buscar diferencias entre delincuentes y no delincuentes para lo que realizan un estudio longitudinal de jóvenes en 1950 y concluyen que los factores más relevantes son: la vigilancia del joven por parte de la madre, la mayor o menor severidad con que está le eduque y el clima de armonía o las desavenencias familiares.
Sin embargo estas teorías no explican de qué forma y porque influyen en el comportamiento del individuo que comete el delito ni cómo pueden interactuar entre ellos.
Teoría Ecológica: Escuela de Chicago.
Su tema de estudio fue la sociología de la gran ciudad y por tanto el análisis del desarrollo urbano, de la influencia de la industria y de cómo se articula la criminalidad en este medio. La industria y la nueva configuración de las ciudades generan un gran cambio social en las mismas (inmigración, concentración de personas, conflictos culturales, etc.) por lo que se interesa en grupos y culturas minoritarias con el fin de comprender desde el interior el mundo en el que viven las personas que cometen los delitos, los desviados.
Park, Burguess, McKenzie, Thraser, Shaw, McKay son los máximos representantes de las escuela ecológica y establecen una relación entre la creación de las grandes ciudades y la delincuencia. Ya que la criminalidad urbana es producto de las ciudades y son estas las que producen la delincuencia. Para ello analizan lo que denominan “desorganización y contagio”, que se produce como consecuencia del “debilitamiento de del control social”, relacionado con el deterioro de grupos primarios (familia, amigos, etc.) y de la relaciones interpersonales,
Las teorías estructurales-funcionalistas ponían el acento en que el delito era de forma recurrente cometido por individuos que pertenecían a las clases bajas o medias; sin embargo, posteriormente se determina que cualquier individuo puede cometer un delito, si se dan unas determinadas condiciones personales y en la interacción con la sociedad.
Sin embargo nos centraremos en las teorías del control social, ya que al contrario que la criminología positivista, exponen que los individuos tienen una tendencia a delinquir, salvo que se interpongan motivos que les impida cometer el delito; estos motivos provienen del control social (informal o formal). Ya Durkheim puso de manifiesto que la organización estatal tiene una alta representatividad en el control social por lo que hemos de entender que otorgaba una influencia importante al control social formal.
Sobre los años cincuenta las teorías criminológicas se centraban en delimitar la delincuencia a determinados espacios de la ciudad, relacionando la misma con las diferentes clases sociales y con la desorganización social. Pero la cuestión que se planteó Reckless es porque había jóvenes que en esas mismas áreas no delinquían, entrando de lleno en lo que se denomina el control informal (familia, escuela, etc.) a los que consideraba factores externos y además tenía en consideración otros factores que denominaron internos, del propio individuo (creencia en las normas, buen autoconcepto, etc.); de modo que todo ellos impedían que el individuo que residía en esas zonas cometiera delitos; de acuerdo con las teorías del control social.
Pero dentro de las teorías del control social tampoco encontramos una explicación precisa, por lo que vamos a centrarnos en algunas de ellas. Las teorías del control social surgen en los años 1960-1970 y se centran especialmente en el estudio del comportamiento de los individuos que no cometen hechos delictivos o que presentan conformidad social; ya que entienden que la forma de actuar más lógica por parte de los individuos de una determina sociedad sería cometer delitos al conseguir de este modo sus metas u objetivos de un modo mucho más rápido.
Por ello, la cuestión que presenta mayor interés para las Teorías del Control Social es explicar los motivos que dominan el comportamiento respetuoso de la Ley, así como tratar de dar una respuesta a la causa que provoca que no todos los individuos cometan delitos. Lo que conlleva que se desarrollen diferentes teorías: teoría del arraigo social, teoría de la conformidad diferencial, teoría de la contención, teoría del control interior, teoría de la anticipación diferencial, etc.
Teorías espaciales
Potencian el factor físico de las ciudades en la generación del delito. Por lo que el diseño urbano y la configuración de las ciudades son un factor determinante a la hora de generar el delito. (Newman, Jeffery). Newman cree que la defensa de las áreas públicas y el fortalecimiento del sentimiento de pertenencia a la comunidad son elementos que ayudan a defenderse frente al delito.
Teorías Estructural-Funcionalistas. (Teorías de la anomía)
Las teorías estructurales-funcionalistas ponían el acento en que el delito era de forma recurrente cometido por individuos que pertenecían a las clases bajas o medias; sin embargo, posteriormente se determina que cualquier individuo puede cometer un delito, si se dan unas determinadas condiciones personales y en la interacción con la sociedad.
Sus principales autores son Durheim, Merton, Cloward y Ohlin y surgen en Europa en una época de fuerte industrialización y por tanto, de grandes cambios sociales lo que tiene como consecuencia un debilitamiento de las normas y modelos que mantenía la sociedad hasta ese momento.
Entienden que el delito no es producto de ninguna anormalidad individual y que se produce en cualquier sociedad; además entendían que no tenía por qué ser un hecho que provocará daño a la sociedad sino más bien funcional ya que procuraba estabilidad y cambio social. De ahí que dos de las características que se atribuyen a estas teorías sean la normalidad y la funcionalidad.
Durkheim establece que la criminalidad es inevitable en cualquier sociedad a lo largo del tiempo, ya que desde el momento que la conducta social se encuentra regulada en normas y que estas están determinadas por el tipo social dominante es normal que exista el delito, lo que no será normal serán alteraciones rápidas del número de delitos que se producen. Asimismo establece que la pena es una reacción social necesaria para reforzar el sentimiento de colectividad y recuerda la importancia de ciertos valores y normas.
Para Merton la anomia es producto del vacío que sienten los individuos cuando los medios de los que disponen no sirven para satisfacer las expectativas que tienen (podemos relacionarlo con “el sueño americano”). Así los individuos que no tienen oportunidades (legales) para acceder a cierto nivel de bienestar (objetivos) se verán más presionados para cometer delitos con el fin de alcanzar los objetivos que no tienen oportunidad de alcanzar por otros medios al carecer de oportunidades.
Cloward y Ohlin se centran en estudiar la pirámide social con el objetivo de ver cómo afecta a los individuos en función del lugar de la pirámide en que se encuentren.
A continuación nos vamos a centrar en las teorías del control social, ya que al contrario que la criminología positivista, exponen que los individuos tienen una tendencia a delinquir, salvo que se interpongan motivos que les impida cometer el delito; estos motivos provienen del control social (informal o formal). Ya Durkheim puso de manifiesto que la organización estatal tiene una alta representatividad en el control social por lo que hemos de entender que otorgaba una influencia importante al control social formal.
Sobre los años cincuenta las teorías criminológicas se centraban en delimitar la delincuencia a determinados espacios de la ciudad, relacionando la misma con las diferentes clases sociales y con la desorganización social. Pero la cuestión que se planteó Reckless es porque había jóvenes que en esas mismas áreas no delinquían, entrando de lleno en lo que se denomina el control informal (familia, escuela, etc.) a los que consideraba factores externos y además tenía en consideración otros factores que denominaron internos, del propio individuo (creencia en las normas, buen autoconcepto, etc.); de modo que todo ellos impedían que el individuo que residía en esas zonas cometiera delitos; de acuerdo con las teorías del control social.
Pero dentro de las teorías del control social tampoco encontramos una explicación precisa, por lo que vamos a centrarnos en algunas de ellas. Las teorías del control social surgen en los años 1960-1970 y se centran especialmente en el estudio del comportamiento de los individuos que no cometen hechos delictivos o que presentan conformidad social; ya que entienden que la forma de actuar más lógica por parte de los individuos de una determina sociedad sería cometer delitos al conseguir de este modo sus metas u objetivos de un modo mucho más rápido. Para estos la explicación de la no comisión del delito no proviene del miedo al castigo como en la criminología clásica sino más bien por los múltiples vínculos que tiene con el orden social.
Por ello, la cuestión que presenta mayor interés para las Teorías del Control Social es explicar los motivos que dominan el comportamiento respetuoso de la Ley, así como tratar de dar una respuesta a la causa que provoca que no todos los individuos cometan delitos. Lo que conlleva que se desarrollen diferentes teorías: teoría del arraigo social, teoría de la conformidad diferencial, teoría de la contención, teoría del control interior, teoría de la anticipación diferencial, etc.
Teoría del arraigo social.
También se la conoce como la teoría de los vínculos sociales y es desarrollada por Travis Hirschi quien en 1969 ya apuntaba que las causas de la delincuencia provenían de la desorganización social. Partía de que para que un individuo no cometa delitos el control ha de provenir de los vínculos o nexos que este ha de establecer con la propia sociedad ya que la ruptura de estos vínculos supondría una gran pérdida para el individuo. Es a través de la pérdida de estos vínculos por los que el individuo se sentiría fuera de la sociedad, y este necesita percibirse a sí mismo como parte de la misma, actuando como elementos de control de la conducta.
El criterio de que el control necesario para que el individuo no actúe delincuencialmente, radica en los nexos que el mismo establece con la sociedad, vínculos que al romperse supone una pérdida para el individuo ya que tienen un efecto muy importante en el arraigo social.
Según Hirschi, todo individuo es un infractor potencial, y solo el miedo al daño irreparable que pudiera ocasionarle el delito en sus relaciones interpersonales (padres, amigos, vecino, etc.) e institucionales (escuela, trabajo, etc.) le frena. La causa de la criminalidad resultaría, pues, el debilitamiento en el joven de esos lazos o vínculos que le unen con la sociedad. Cuando el individuo carece del necesario arraigo-social o de interés y sensibilidad hacia los demás carece también del indispensable control disuasorio, encontrado libre el camino para la comisión del delito. Lo que puede suceder con independencia del estrato social al que pertenezca.
Cuatro factores decidirían el arraigo o vinculación del individuo a la sociedad: Apego y consideración hacia personas, identificación y compromiso con los valores convencionales, participación en actividades sociales y creencias.
Teoría de la conformidad diferencial.
Según establecen Briar y Piliavin, existe un grado variable de compromiso y aceptación de los valores convencionales que se extiende desde el simple miedo al castigo hasta las consecuencias que el delito puede tener en la propia imagen del individuo, en sus relaciones interpersonales más cercanas, en su estatus o en las actividades. Esto significa que una persona con elevado grado de compromiso o conformidad hacia aquellos valores convencionales es menos probable que se involucre en comportamientos delictivos que otra con inferior nivel de conformidad, en situaciones similares. Y esto también ocurre en sentido inverso. La teoría se centra en dos aspectos: la posibilidad de que el individuo se vea afectado por estímulos pasajeros y el diferente nivel de compromiso del individuo con los valores sociales. Estas variables influirán en cada uno de los individuos ya que ante semejantes condiciones estos presentarán diferentes niveles de conformidad con los valores sociales establecidos; de modo que el individuo que tiene un alto nivel de compromiso ante la misma situación será más difícil que cometa un delito.
La Teoría de la contención.
Reckless presta especial atención en el papel determinante que juegan las cualidades individuales ya que en algunos casos funcionan como factores inmunizantes dentro de un microambiente delictivo; denominándolos mecanismos de contención. Estos mecanismos los divide en internos o externos. Los primeros son los propios de la personalidad del individuo (autoconcepto, tolerancia a la frustración, etc.) y los segundos tienen que ver con el control normativo social (roles sociales bien definidos, disciplina social efectiva, etc.)
Teoría del control interior.
La comisión del delito es consecuencia de la falta de control de los grupos primarios sobre los individuos a los que no ha sido capaz de inculcar las reglas de modo que estos no las han internalizado. En este sentido el control social no ha sido capaz de procurar que el individuo tenga un buen control interno con el fin de que no cometa delitos. El principal formulador de esta teoría fue Reiss.
Teoría de la anticipación diferencial.
Glaser, establece que la decisión de cometer o no cometer un delito se halla determinada por las consecuencias que el autor anticipa, por las expectativas que se derivan de su ejecución o no-ejecución. El individuo se inclinaría por el comportamiento criminal si de su comisión se derivan más ventajas que desventajas, considerando sus vínculos con el orden social, relacionen con otras personas y experiencias precedentes. Ahora bien, tales expectativas, a su vez, dependerían del mayor o menor contacto de cada individuo con los modelos delictivos, esto es, del aprendizaje o asociación diferencial.
Teorías del etiquetamiento: el “Labelling Approach”.
Hacia los años setenta surgen en los EEUU como la Teoría de la Reacción Socia, modelo de etiquetamiento o paradigma de control, cobrando importancia la explicación interaccionista del hecho delictivo, que parte de los conceptos de conducta desviada y reacción social. Para los representantes del “labelling approach” (Lemert, Chapman, Becker y Payne) la determinación causal del delito se configura como un proceso problemático y relativo, pues afirmaban que tal fenómeno se construye socialmente a partir de procesos de definición y selección.
Según esta perspectiva interaccionista no puede comprenderse el delito sin tener en cuenta la reacción social, del proceso social por el cual se definen las conductas o las personas como delitos o delincuentes. Entienden que la desviación social no es una cualidad de la conducta, sino que se atribuye a la misma mediante complejos procesos de interacción social, procesos que se tornan complejos, discriminatorios y selectivos.”
Por tanto, al “labbeling aproach” le interesan los procesos de criminalización y se centra en el control social ya que entiende que es este el que crea la criminalidad. Y reconoce dentro de los procesos de criminalización dos variantes fundamentales: la definición legislativa, de creación de la Ley Penal conocido como proceso de criminalización primaria y los mecanismos de selección actuantes en el período de aplicación de la norma que deriva en la asignación a un determinado individuo de la etiqueta de criminal, al que identifican como criminalización secundaria.
Los principales postulados del “labbeling aproach” son los siguientes:
- Interaccionismo simbólico y constructivismo
- Introspección simpatética.
- Naturaleza definitorial del
- Carácter cosntitutivo del control
- Selectividas y discriminatoriedad del control
- Efecto criminógeno de la
- Paradigma de