El Síndrome del Emperador es el comportamiento precoz que tienen un grupo de jóvenes los cuales habitualmente amenazan, extorsionan y vejan tanto psíquica como físicamente a sus padres (normalmente hacia la madre), a pesar de éstos esforzarse para que no realicen estos actos. Esta violencia no la han aprendido en sus hogares, es decir, los padres no son los responsables de estas conductas violentas (Garrido, 2005). El hijo abusa sistemáticamente de los padres sin que haya causas sociales que lo expliquen, y sin que éstos hayan sido negligentes (Garrido, 2008).
Estos jóvenes, que actúa de forma habitual de esta manera, poseen un temperamento vulnerable y son educados por unos padres los cuales sufren unas exigencias de sus hijos a los que no se pueden enfrentar (Garrido, 2005).
Esta violencia suele comenzar entre los 12 y 13 años (preadolescencia) o entre los 14 y 15 años (adolescencia temprana), aunque bien es cierto que la aparición de las conductas de maltrato hacia los padres ya son visibles en edades más tempranas, en muchos casos, indicadores de rebeldía y hostilidad, o bien de desapego afectivo en la relación con los padres y en algunos casos con los hermanos (Garrido, 2009).
El perfil de estos hijos es de un/a chico/a de clase no marginal que mientras vive en el hogar familiar extorsiona a sus padres usando cualquier medio (amenazas, violencia tanto física como verbal) para obtener lo que quieran. Si el menor consigue tener el control de la situación, su comportamiento puede estar más motivado solo por el hecho de disfrutar del control y de dominar la situación (Fernández, Cruz, Domínguez, Abellereira y Amado, 2009).
Según Garrido (2009) este comportamiento violento de los hijos hacia los padres puede ser debido a:
- Que los hijos han sido maltratados o educados negligentemente por parte de sus progenitores.
- Que han sido testigos de violencia doméstica en sus casas.
- Que hay niños con problemas mentales, como por ejemplo con psicosis o esquizofrenia, y debido a sus alteraciones perceptivas y pensamientos erróneos se ven amenazados cuando realmente no lo son, y esto puede llevar a estos niños a herir o incluso matar a sus progenitores.
- Que existen hijos que debido a una adicción a las drogas, pueden golpear y extorsionar a sus padres para que de esta forma se vean obligados a darles dinero y así los hijos mantener su dependencia.
Cabe decir que el síndrome del emperador hace más referencia a hijos que tienen carencias afectivas y de control de impulsos. La genética de estos niños influye mucho en su desarrollo personal.
Fernández et al (2009) hacen referencia a las posibilidades de expresión de este síndrome las cuales son muy variadas:
- Violento/explotador.
- Irresponsable/vago.
- Delincuente/drogadicto.
- Temerario, impulsivo/buscador de riesgos.
- Encantador/seductor.
- Mentiroso/manipulador.
Cuanto más profunda sea la carencia de conciencia más intensa y persistente será la conducta abusiva del hijo que manifiesta el síndrome del emperador, en cualquiera de sus combinaciones de rasgos.
La intensidad de la violencia vendrá dada por el grado en que se manifiestan los rasgos esenciales, es decir, que cuanta menor conciencia moral tenga más fácil es que presente síntomas de violencia y de explotación. Un hijo muy violento mostrará un juicio moral muy egocéntrico, y le será difícil comprender el punto de vista de los otros y empatizar. Existen evidencias de que los jóvenes tiranos que se aíslan son más propensos a acometer acciones muy violentas, como puede ser un asesinato a compañeros de clase. Por otro lado, los niños que son muy manipuladores pueden abusar, extorsionar y hundir psicológicamente a sus rivales sin tener que ser físicamente violentos. También podemos hallarnos ante un joven que puede resultar inteligente, que no va mal en la escuela y que procura no ofrecer un frente duro en su casa. Finalmente, el rasgo de vivir de forma parásita es una condición muy habitual entre los hijos tiranos (Fernández et al, 2009).
Fernández et al (2009) y Garrido (2005) han expuesto las variedades del síndrome del emperador:
- El hijo tirano envidioso:
- Piensa que la vida que le ha privado de cosas y cualidades que tienen otros y que esa situación es intolerable y ha de modificarse.
- La vida le ha ofendido y la venganza es el motivo más poderoso de su existencia.
- Las víctimas de estos planes de venganza no saben que son el objetivo de existencia de los hijos tiranos.
2. El hijo tirano narcisista:
- Son capaces de sentir la mayoría de las emociones con la misma intensidad que cualquiera pero no son capaces de entender lo que otras personas sienten.
- El narcisismo supone un fracaso de la empatía que se debería tener hacia otras personas.
- El narcisista sufre psicológicamente y para aliviar su dolor busca ayuda especializada.
- El narcisista pierde a la gente que le importa porque no es capaz de responder ante las necesidades emocionales de los que le rodean, y éstos, hartos de sufrir a alguien incapaz de empatizar lo abandonan.