Es innegable que el hombre es un ser social, esto explica su agrupación y convivencia histórica con otros seres humanos, sin embargo dicha convivencia no suele ser siempre pacífica y se presentan conductas desviadas de la norma social imperante. Diversos métodos se han empleado en las distintas sociedades a través del paso del tiempo con el objetivo de tratar de asegurar la convivencia pacífica o de imponer castigos a aquellos que quebrantaran las normas sociales. Es por tanto entendible que toda sociedad o grupo social tiene que contar con reglas de convivencia, con una disciplina que asegure la coherencia interna de sus miembros, en correspondencia se ve obligada a desplegar diversos mecanismos que aseguren la conformidad de éstos con sus normas y pautas de conducta; siendo aquí donde el control social tiene su función. Su implantación es necesaria una vez que sale a relucir un desajuste entre el hombre y la sociedad, dicha implantación puede ser de controles tanto coactivos como persuasivos que regulen, orienten y repriman conductas no deseadas, o no reconocidas como válidas en determinada sociedad.
El control social puede definirse de una forma genérica como el conjunto de instituciones, estrategias y sanciones sociales que pretenden garantizar el sometimiento del individuo a las normas sociales o leyes imperantes, generalmente dichos mecanismos actúan en el individuo de una forma inconsciente ya que las ha aprendido durante el proceso de socialización. Durante la infancia, en el proceso de socialización el individuo aprende e interioriza lo que en su sociedad y cultura se considera o no apropiado, más tarde también aprenderá cuáles son los comportamientos que se consideran delictivos y penados por las leyes vigentes.
El control social, originalmente surge como una especie de mecanismo que posibilita la autorregulación del orden social a través de mecanismos informales que surgen del propio seno social. Así entonces, surge dicha categoría en el marco de las teorías dirigidas a establecer el consenso social como ente natural de convivencia y reproducción de las relaciones sociales, hasta ir adoptando posiciones más adaptables a la época.
El uso originario del término Control Social se remonta a la segunda mitad del Siglo XIX en los EE. UU con Edward Ross; sociólogo norteamericano, quien utilizó dicho término por primera vez en relación a los problemas del orden y la organización social.
El control social puede entenderse por un lado como una estrategia de administración del orden, y por otro, como un instrumento de dominación legitimado por la base social. El sentido otorgado por Ross a este nuevo concepto excluía de cierto modo los controles estatales, tanto legales como políticos, los que en la práctica demostraron su inoperancia para construir la necesaria armonía social. Desde esta perspectiva, la esencia controladora sería asumida por la sociedad a través de la interacción social persuasiva. El control social, por tanto, ayuda a la prevención del delito o la conducta desviada y también puede considerarse que ayuda al castigo de las conductas desviadas ya realizadas, puesto que por medio de los rumores, el ostracismo o la vergüenza el individuo que ha cometido dicha conducta puede sentirse castigado por la sociedad aunque ésta no emplee métodos coercitivos tradicionales.
El desarrollo del concepto de “control social” se presenta con los sociólogos (criminólogos) norteamericanos y se atribuye a Edward Ross el creador de este término si bien, Roberto Bergalli considera ser el primero en haber empleado la expresión sociología del control penal, al menos en castellano. Puede entenderse por lo tanto el control social como una forma de presión social informal y difusa, que tiene como objeto evitar la conducta delictiva. Además, es necesario destacar que Bergalli otorga gran importancia a las ideas de Robert Merton, quien a partir del estudio de la sociedad norteamericana pone de manifiesto que algunas estructuras sociales son claramente criminógenas al propiciar que las personas se decidan por realizar comportamientos desviados.
Muñoz Conde explica del concepto de control social que es “condición básica de la vida social, pues a través de él se asegura el cumplimiento de las expectativas de conducta y los intereses contenidos en las normas sociales que rigen la convivencia”. En conclusión respecto al concepto general de control social, podemos determinar que se trata del conjunto de medios a través de los cuales una sociedad garantiza que la conducta de cada miembro sea congruente con los parámetros de conducta previamente establecidos y de igual forma hace referencia a la capacidad de respuesta de la sociedad ante el incumplimiento de dichos parámetros.
Por otra parte, Luis Recases, se refiere al control social como una expresión que “ha sido puesta en uso y generalizada sobre todo por los sociólogos norteamericanos. Con estas palabras se trata de designar en conjunto todas las normas colectivas así como también las autoridades y los poderes sociales, que a diferentes niveles y de diversas maneras, regulan la conducta humana en sus aspectos o resultados exteriores.”
Con respecto al concepto de control social en el campo de las ideas criminológicas que se han expuesto, cabe también destacar que su desarrollo no ha sido uniforme, así algunos autores desarrollaron el llamado control social “pasivo” que lo referían a los elementos basados en las costumbres, las tradiciones, las leyes, las instituciones, etc., y a su vez acuñaron el término de control social “activo”, como el proceso social orientado a acciones para la implantación de metas y valores.
En la actualidad, Ross señala que el problema del control social, es que «estos vínculos naturales, que eran muchos y firmes cuando el vecindario rural o la comunidad de aldea eran del tipo comunitario, no vinculan a las personas tanto como lo deberían en las enormes y complejas comunidades actuales”, por lo tanto ésta sería una explicación de que el control social informal pierda efectividad en las grandes ciudades.
Por último, desde el punto de vista sociológico los mecanismos de control social vendrían a constituir una de las partes más importantes de retroalimentación del sistema social para conservar su estabilidad (el factor homeostático). Del mismo modo podría decirse que constituye la parte conservadora de la sociedad (en contraposición con el cambio social que como veremos más adelante constituye la parte que llama al cambio y a la reforma).