La desorganización social se refiere al fracaso de los organismos institucionales, a la desintegración de vínculos y controles que hacen que el equilibrio social pueda o no mantenerse.
Abarca varios fenómenos como el conflicto social, el conflicto de culturas, el desajuste entre los medios y los fines socialmente aceptados, y otros tipos de incompatibilidades y contradicciones, asumiendo a veces la forma de normas y valores que resultan incompatibles o contradictorios.
Cuando los hombres dejan de compartir valores esenciales, la sociedad se enfrenta a un debilitamiento potencial de los vínculos que mantienen unidos a sus miembros. Quienes no utilizan cauces aceptables a través de los cuales puedan intentar el mejoramiento de sus condiciones, llegan a ser enemigos potencialmente explosivos del orden existente que además optan por tipos de conducta desviada para conseguir sus objetivos.