La palabra resiliencia proviene del latín. El término resilio significa volver atrás, volver de un sato, rebotar.
El término resiliencia es una castellanización de la palabra inglesa resilience, o resiliency. Éste se refiere a “la capacidad de un cuerpo para recuperar su tamaño y forma original después de ser comprimido, doblado o estirado”, o bien a “una capacidad para recuperarse de o ajustarse fácilmente al cambio o la mala fortuna” (Mish, 1989)
La resiliencia es una noción utilizada originariamente en física para designar la resistencia de un material al choque y para para referirse en general a la recuperación de la forma de un cuerpo después de una deformación.
El término fue adaptado a las ciencias sociales para caracterizar a aquellas personas que, a pesar de vivir situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos (Rutter, 1993)
Hay que diferenciar dos corrientes, referentes al concepto de resiliencia. Los autores franceses relacionan la resiliencia con el concepto de crecimiento postraumático, al entender la resiliencia simultáneamente como la capacidad de salir indemne de una experiencia adversa, aprender de ella y mejorar. Mientras que los norteamericanos utilizan un concepto más restringido. Para ellos la resiliencia hace referencia al proceso de afrontamiento que ayuda a la persona a mantenerse intacta, diferenciándolo del concepto de crecimiento postraumático.
En la actualidad no existe consenso sobre su definición, se confunde con otros conceptos, y por lo tanto, es difícil saber lo que significa.
Podemos encontrar diversas definiciones de resiliencia. A continuación se exponen algunas de ellas:
- La resiliencia es un proceso dinámico, constructivo, de origen interactivo, sociocultural que conduce a la optimización de los recursos humanos y permite sobreponerse a las situaciones adversas. Se manifiesta en distintos niveles del desarrollo, biológico, neurofisiológico y endocrino en respuesta a los estímulos ambientales (Kotliarenco, María Angélica y Cáceres, Irma, 2011)
- La resiliencia es la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones, que permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas (E. Chávez y E. Yturralde, 2006)
- La resiliencia es un proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad (Luthar, 2000)
- La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles (Vanistendael, 1994)
- La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intra-psíquicos que posibilitan tener una vida «sana» en un medio insano. Estos procesos se realizan a través del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre los atributos del niño y su ambiente social y cultural.De este modo la resiliencia no puede ser pensada como un atributo con el que nacen los niños, ni que adquieren durante su desarrollo, sino que se trataría de un proceso interactivo entre éstos y su medio (Rutter, 1992)
- Habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva (ICCB, Institute on Child Resilience and Family, 1994)
- Concepto genérico que se refiere a una amplia gama de factores de riesgo y su relación con los resultados de la competencia. Puede ser producto de una conjunción entre los factores ambientales y el temperamento, y un tipo de habilidad cognitiva que tienen algunos niños aun cuando sean muy pequeños (Osborn, 1993)
- Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e inclusive, ser transformados por ellas. La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovido des de la niñez (Grotberg, 1995)
- La resiliencia significa una combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida, y construir sobre ellos (Suárez Ojeda, 1995)
- La resiliencia es una respuesta global en la que se ponen en juego los mecanismos de protección, entendiendo por estos no la valencia contraria a los factores de riesgo, sino aquella dinámica que permite al individuo salir fortalecido de la adversidad, en cada situación específica y respetando las características personales (Infante,1997)
- La resiliencia es la capacidad que tiene un individuo de generar factores biológicos, psicológicos y sociales para resistir, adaptarse y fortalecerse, ante un medio de riesgo, generando éxito individual, social y moral (Oscar Chapital C. , 2011)
- Enfrentamiento efectivo ante eventos y circunstancias de la vida severamente estresantes y acumulativos (Lösel, Blieneser y Köferl en Brambing et al., 1989).
El interés por comprender y explicar cómo el ser humano hace frente a las experiencias traumáticas siempre ha existido, pero ha sido tras los últimos atentados que han conmocionado al mundo cuando este interés ha resurgido con fuerza.
La realidad demuestra que, si bien algunas personas que experimentan situaciones traumáticas llegan a desarrollar trastornos, en la mayoría de los casos esto no es así, y algunas incluso son capaces de aprender y beneficiarse de tales experiencias (Beatriz Vera Poseck, Begoña Carbelo Baquero y María Luisa Vecina Jiménez, 2006).
Las personas suelen resistir con insospechada fortaleza los embates de la vida, e incluso ante sucesos extremos hay un elevado porcentaje de personas que muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance (Avia y Vázquez, 1998)
Ante un suceso traumático, las personas resilientes consiguen mantener un equilibrio estable sin que afecte a su rendimiento y a su vida cotidiana.
Numerosos datos muestran que la resiliencia es un fenómeno común entre personas que se enfrentan a experiencias adversas y que surge de funciones y procesos adaptativos normales del ser humano (Masten, 2001).
Fue a partir de los años sesentacuando la psicología empírica comenzó a otorgar mayor valor a los aspectos cognitivos y su influencia en el comportamiento.
El origen de los trabajos sobre resiliencia se remonta a la observación de comportamientos individuales de superación que parecían casos aislados y anecdóticos (Vanisten- dael, 2001). Uno de los primeros trabajos científicos que potenciaron el establecimiento de la resiliencia como tema de investigación fue un estudio longitudinal realizado a lo largo de 30 años con una cohorte de 698 niños nacidos en Hawai en condiciones muy desfavorables. Treinta años después, el 80% de estos niños había evolucionado positivamente, convirtiéndose en adultos competentes y bien integrados (Werner y Smith, 1982; 1992).
El interés inicial estuvo básicamente orientado a las características de los niños y niñas que salían adelante desde condiciones adversas. Sin embargo, la mayoría de los primeros investigadores e investigadoras no utilizaron el término resiliencia, sino que se refirieron a esta cualidad describiendo a dichos niños y niñas como invulnerables o invencibles, en el sentido de que eran resistentes al estrés (Lösel, Bliesener, & Koferl, 1989)
Pero el concepto de invulnerabilidad prontamente perdió vigencia por varias razones. Rutter señaló las siguientes:
- La invulnerabilidad implica una resistencia absoluta al daño.
- Sugiere que la característica se aplica a todas las circunstancias de riesgo.
- Implica una característica intrínseca del sujeto.
- Sugiere una característica estable en el tiempo.
Así, se prefirió el concepto de resiliencia. Este concepto comenzó a usarse especialmente en el campo de la psicología evolutiva, como un intento de explicar por qué algunos niños y niñas frente a una vida de estrés, eran capaces de sobrepasar las adversidades y transformarse en individuos saludables (Menvielle, 1994).
Existe un estudio pionero realizado en 1945 por Grinker y Spiegel (Walsh, 1998) sobre los sujetos que padecieron grave estrés en situaciones violentas y de guerra y evolucionaron favorablemente.
Trabajos de Bandura (1982), y otros autores, demuestran el impacto que nuestros pensamientos y creencias ejercensobre nuestras actuaciones y proporcionan herramientas terapéuticas eficaces en el control de la ansiedad y la depresión.
Seligman (1981) sostiene que el pesimismo es un estilo de pensamiento, caracterizado por la explicación que la persona se hace de la adversidad como algo pemanente universal y personal. Esta forma de pensamiento lleva a la indefensión y a la desesperanza.Por el contrario, el estilo optimista de pensamiento explica la adversidad como transitoria, específica y externa a la persona. Esto permite mantener viva la esperanza y sentir que el cambio es posible. La esperanza hace que la persona esté dispuesta a ponerse en pie, a continuar esforzándose, a buscar alternativas y a persistir frente a la adversidad.
Este último estilo de pensamiento, es el que parece imperar en aquellos niños, adolescentes y adultos,que han pasado por situaciones adversas y han salido reforzados de ellas.
También el psiquiatra Viktor Frankl (1999) muestra la forma en que el significado influye en el comportamiento. Sobreviviente de un campo de concentración estuvo sometido a experiencias extremas y logró salir de allí, sin desórdenes psicológicos. Su estrategia de supervivencia, explica él mismo, fue la actitud personal ante las circunstancias a las que estuvo sometido.
Las investigaciones realizadas con hijos de madres esquizofrénicas (Garmezy, 1991), de niños y jóvenes que vivieron en situaciones de pobreza y estuvieron expuestos a condiciones altamente estresantes demuestran que, aunque algunos sujetos presentaran patologías y conductas desadaptativas, otros lograron adaptarse constructivamente y alcanzar un crecimiento sano, adaptativo y socialmente exitosos (Masten y Garmezy, 1985; Werner y Smith, 1982)
Además Henry (1999) ha trabajado el tema de la resiliencia directamente vinculado a la violencia y maltrato que vivencian los niños en la familia en su estudio sobre la resiliencia en niños maltratados que van a ser adoptados por nuevas familias. Cabe aclarar que el estudio no tiene en cuenta los niños que son testigos de la violencia entre sus padres, situación que afecta en igual medida y que es causante de estrés continuo por ser la familia una entidad emocional de intercambio, de tal manera que cualquier conducta de uno de sus miembros afecta a todo el conjunto.
La investigación de Henry concluyó que estos niños desarrollan habilidades de enfrentamiento (coping) para adaptarse a sus ambientes inseguros y a los aspectos positivos y negativos de sus relaciones con sus padres. Los niños víctimas del maltrato físico por parte de sus padres llegan aadaptarse a la cotidianeidad de su ambiente violento y desarrollan de alguna manera y con la utilización de ciertos mecanismos, que serán explicadosposteriormente, un sentido de mando en sus vidas que les brinda esa capacidad de resiliencia.
En el campo de la psicología y la psiquiatría, el primer artículo publicado que usó dicho concepto fue el de Scoville en 1942. La autora utilizó este término para referirse al hecho de que situaciones peligrosas para la vida no afectaban a los niños y niñas, mientras que sí lo hacía el desarraigo de la familia. Sin embargo, no fue sino hasta la década del 70 que el término adquirió mayor uso (Masten, 2001).